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encomienden, cooperando con sus superiores para la mejor resolución de todos los asuntos
de Régimen, Administración y Contabilidad en que intervengan.
Conocer a todos los recluídos de su departamento, no sólo de nombre, sino también en
cuanto a sus cualidades tendencias, e informar de ellas al Ayudante.
Velar por la disciplina, vigilancia y seguridad de los Departamentos que se les haya
encomendado, dando cuenta inmediata al Ayudante de cualquier novedad que en ellos
ocurra.
Cuidar de que los dormitorios o departamentos que tengan a su cargo se hallen en
perfecto estado de limpieza, lo mismo que las camas, ropas y utensilios que contengan.
Presenciar los cacheos y registros que realicen los Guardianes en las personas, ropas y
enseres de los reclusos y en cuantos objetos, bultos, encargos, comidas o materiales de
trabajo entren en el Establecimiento, y de cuanto salga del mismo, o hacerlos
personalmente cuando las necesidades del servicio lo requieran y se lo ordenen sus
superiores.
Practicar, en unión de los subalternos, si los tuviere, o por sí mismo, en caso contrario,
las requisas de los locales, patios, puertas, ventanas, rejas, muros, techos y pavimentos.
Cuidar de que las operaciones de cierre y apertura de las puertas del departamento a su
cargo se realicen en su presencia, por el personal subalterno a sus órdenes, o por si mismo,
si no lo tuviera, entregando personalmente las llaves en mano del Ayudante una vez que no
hayan de ser utilizadas de momento, y después de cerciorarse de que las puertas quedan
perfectamente cerradas.
Atender a los recluídos en sus manifestaciones, dando cuenta de ellas al Ayudante, y
cuidar de que las secciones que tenga asignadas se distingan por su aseo personal y orden en
todos los actos.
Procurar que los reclusos se mantengan siempre en términos de corrección y disciplina,
no permitiendo que los alteren en ningún momento.
No separarse del puesto o lugar que tengan asignados sin permiso de su superior
inmediato, esperando a ser relevado, previamente, cuando la índole del servicio así lo exija.
Conocer a la perfección las obligaciones del Guardián, instruyéndole en el cumplimiento
de sus deberes, y subsanando todo error de interpretación equivocada o defecto que
observare.