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Un preso del Salto del Negro con probable enfermedad mental agrede a un funcionario penitenciario de forma sorpresiva

ACAIP, la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de II.PP, sindicato mayoritario entre los trabajadores penitenciarios grancanarios y del resto de las prisiones españolas, afiliado a la UGT, comunica que

En la tarde de ayer lunes, al bajar de sus celdas a los internos del módulo cuatro después del descanso del mediodía, un preso joven con probable enfermedad mental increpa faltando al respeto de forma grave y a voces a la funcionaria presente en el departamento sin ningún motivo aparente. Acude otro compañero de vigilancia y le comnina a cesar en su actitud y a dirigirse al patio. Aunque en un primer momento el recluso alcanza el umbral de esta zona común, el interno retrocede y propina sorpresivamente un puñetazo en la mandíbula al funcionario que había intentado rebajar la actitud agresiva y violenta verbalmente del recluso. Una vez personados más funcionarios en el módulo el interno es conducido al módulo de Aislamiento donde se produce una vuelta a la calma por parte del interno, durante la reducción del interno fueron lesionados levemente dos funcionarios más.

Este sindicato debe indicar que este incidente es el día a día de todos los trabajadores penitenciarios. Actualmente hay una parte importante de la población penitenciaria que padece una patología de carácter dual: presentan una adicción al consumo de sustancias estupefacientes y al mismo tiempo padecen enfermedades mentales. Una combinación muy explosiva en el entorno penitenciario y que es causa directa de incidentes muy graves dentro de los centros de reclusión de toda España. Y el de Salto del Negro no es una excepción.

Indicar que debido a la incomunicación que se produce entre la Sanidad Penitenciaria y el Servicio Canario de Salud, y al no tener conectadas las bases de los expedientes clínicos, muchas de las personas privadas de libertad que llegan a un prisión pueden ingresar sin haber sido detectada su enfermedad mental de forma inicial a la entrada en el centro. Esta situación es similar a la falta de diagnóstico con las personas que presentan discapacidades de tipo intelectual y son recluidas en un establecimiento penitenciario. A día de hoy, con datos proporcionados por la Secr. Gral de II.PP hay 5.097 presos con discapacidades reconocidas de los cuales 1.324 ingresaron en los centros sin este diagnóstico en toda España.

Desde el sindicato Acaip debemos recordar la falta de medios humanos y materiales que padece la Sanidad Penitenciaria. En la prisión provincial, como dato no menor, de seis auxiliares de Enfermería solo están ocupadas tres plazas. Este personal es pieza clave en la correcta distribución y control de la pauta de medicación suministrada. Desde el año 2003 se suceden los compromisos de integrar la Sanidad Penitenciaria en los servicios autonómicos de Salud, desde textos legislativos hasta Proposiciones No de Ley instando a esta integración, única manera posible de evitar el abandono constante de los facultativos penitenciarios hacia otros destinos.

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