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El ex director de la prisión se Topas se compromete a transmitir la «sólida» defensa ciudadana de un nuevo centro

José Ignacio Bermúdez | Asesor de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias: «Es inaudito que Zamora pida una cárcel cuando otras ciudades la niegan»

El ex director de la prisión se Topas se compromete a transmitir la «sólida» defensa ciudadana de un nuevo centro.

Fuente: El Norte de Castilla

José Ignacio BermúdezDESPUÉS de diez años como director de la prisión de Topas, José Ignacio Bermúdez acaba de ser nombrado asesor de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, una labor que, de hecho, ya ejerce desde hace tiempo, puesto que ha colaborado en numerosas ocasiones con la directora, Mercedes Gallizo. La Dirección de Topas será asumida a primeros de año por Ana Acosta, hasta ahora responsable del centro penitenciario de Melilla.

Desde su nuevo cargo, Bermúdez se compromete a transmitir la reivindicación de Zamora del nuevo centro penitenciario, que alojaría a presos toxicómanos para su reinserción.

El ya ex director de Topas, que visitó ayer la ciudad y mantuvo un encuentro de despedida con el Subdelegado del Gobierno, Carlos Hernández, afirmó que por su conocimiento de la ciudad y de las inquietudes de los zamoranos está en situación de exponer la sensibilidad ciudadana, de las instituciones y, en particular, de los sindicatos de prisiones en favor de la nueva cárcel. Bermúdez llegó a admitir que se trata de una defensa «inaudita», puesto que, normalmente, la mayoría de las ciudades rechazan la implantación de una prisión, pero aseguró que abogará por el centro con el aval «de la postura razonable sólida y argumentada» de los zamoranos.

A su vez, el subdelegado del Gobierno aprovecho la visita para reconocer el apoyo que José Ignacio Bermúdez ha prestado a la iniciativa de la nueva cárcel para la provincia. En este momento, según precisaron tanto el asesor como el subdelegado, la iniciativa del nuevo centro para la ciudad está aún pendiente del estudio sobre la viabilidad del proyecto.

En su visita a la Subdelegación, Bermúdez quiso agradecer el apoyo y la vinculación de la ciudad a la cárcel de Topas y, sobre todo, de la plantilla de funcionarios de Zamora en aquella prisión, «que siempre han sostenido el criterio de que la de Topas también es una cárcel de Zamora».

Integración absoluta

José Ignacio Bermúdez deja la dirección de una cárcel altamente masificada y en la que no han faltado conflictos debido a la gran mezcla de etnias y nacionalidades de la población reclusa.

Tal como recordó el propio ex director, actualmente conviven en Topas 1.600 presos de 60 nacionalidades diferentes. Pero, ante el planteamiento de cuál es la situación que deja a su sucesora en el cargo, afirmó que «es de normalidad, ejemplo de convivencia de culturas y con un grado de integración absoluta».

El ex director admitió que, como ocurre en otras prisiones en las que conviven ciudadanos de diferentes culturas y razas, existen unas estrictas medidas de control y vigilancia, «y cuando hay un recluso o más con comportamientos radicalizados se aplican las medidas previstas».

Bermúdez indicó que en Topas no hay terrorismo islamista, «pero sí estamos alerta, y si se detectan conductas de carácter radical, se cortan». Sí quiso hacer especial hincapié en que no se confunda el mundo musulmán con el terrorismo; «es algo que, afortunadamente, en Topas hemos sabido separar. El musulmán es un mundo respetable, y, dentro de este, puede haber núcleos terroristas, como en cualquier otra cultura».

La labor de integración se fomenta en la cárcel a través del trabajo de los propios equipos de tratamiento -psicólogos, trabajadores sociales-, se recurre a traductores -hay uno de árabe- y se respetan las costumbres y tradiciones de cada cultura, en la alimentación, en sus celebraciones, etcétera, explicó José Ignacio Bermúdez. Pero resaltó que quienes de verdad hacen una labor de integración y de multiculturalidad son los propios funcionarios de prisiones: «Es una tarea esencial y son quienes saben mejor cómo es el carácter de los magrebíes, de los subsaharianos, de los latinos ».

Sin solución a corto plazo

Lo que sí constituye un problema real «y sin solución a corto plazo» es la masificación del centro penitenciario, reconoció el ex director. Bermúdez recordó que Instituciones Penitenciarias tiene un proyecto de nuevos centros que ofrecerán una salida al problema en el plazo de cinco o seis años, pero no de forma inmediata.

Entretanto, el asesor planteó posibles medidas alternativas que pueden contribuir a paliar la situación y, así, explicó que, lógicamente, los reclusos con delitos graves y que crean alarma social deben mantenerse en prisión, pero hay otros presos con penas menos graves que son susceptibles de pasar a régimen abierto.

Otra alternativa es la de utilizar centros de reinserción, como podría ser el que se pide para Zamora, para descongestionar el de Topas.

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