Fuente: diariovasco.com

La vejez también lastra a los penales vascos. El centro más joven, Nanclares de Oca, tiene 27 años. Martutene, en San Sebastián, se inauguró en 1941 y Basauri, en 1960. Desde la apertura del complejo alavés, las cárceles de Euskadi sólo han sido sometidas a simples lavados de cara: una mano de pintura por aquí, cambios de ventanas, la instalación de calefacción... Nada más. De hecho, el Gobierno socialista elaboró en 1992 un plan para edificar 19 prisiones y combatir la ya incipiente sobreocupación. Este planteamiento pasó de largo por el País Vasco. Igual que el desarrollado once años más tarde por el Ejecutivo de José María Aznar, que contempló la construcción de otros cuatro recintos, de los que sólo se ha estrenado uno: el penal de El Puerto III, en Cádiz, con 1.214 plazas.

Pasó el tiempo y Euskadi volvió a existir para Instituciones Penitenciarias en noviembre de 2005. Entonces, el Consejo de Ministros aprobó el plan de creación y amortización de centros penitenciarios, que recoge 46 nuevas infraestructuras carcelarias hasta 2012. Según este proyecto, dos de las nuevas prisiones se ubicarán en Euskadi: una en San Sebastián y otra en Álava, cerca de Nanclares. En ambos casos, no obstante, parece que irá para largo.
«Será un parche».

Para el recinto guipuzcoano, las autoridades se habían fijado 2011 como fecha de apertura. No será así. De momento, no han arrancado las obras. Las estimaciones hablan ahora de 2012 para la inauguración del nuevo penal donostiarra, situado en el Alto de Zubieta, ya que los plazos de ejecución superan los cuatro años. Será un complejo de tamaño medio, con 720 celdas. «Un parche, porque aquí sufrimos las consecuencias de estar tan cerca de la frontera», subraya un miembro de CC OO.

En Álava, por su parte, la nueva infraestructura será de similar tamaño e Interior planea su estreno en 2010, aunque aún quedan varios pasos para iniciar el tajo.

El PSOE, además del ambicioso plan en marcha, contempló en su programa electoral de las últimas elecciones generales una serie de iniciativas para paliar la «importante sobreocupación del sistema penitenciario». Entre ellas destaca la puesta en marcha de cinco 'Unidades Madre' -recursos para sacar de la cárcel a las mujeres que conviven en prisión con sus hijos menores-. Y debido al alto número de extranjeros que han ingresado en prisión, el equipo de Rodríguez Zapatero contempla la elaboración de un Programa de Cooperación Internacional para que los condenados en España, pero originarios de terceros países, cumplan la pena en su lugar de origen. «La promesa -recuerda un portavoz de Acaip- habla de construir cárceles en Marruecos, Rumanía... Es decir, las principales bolsas de inmigración en España», explica un portavoz de Acaip.