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«En un ex recluso, pesa más su pasado que su formación»

Entrevista | Fernando Romay Graña

El conocido letrado pontevedrés exige una mayor implicación de la Administración y de la sociedad con los reclusos, al tiempo que destaca el papel de la nueva dirección de la prisión

Fuente: La Voz de Galicia

Fernando Romay, abogado de la Comisión Penitenciaria de Pontevedra, destaca que uno de los principales problemas de la cárcel de A Lama se está subsanando: «La escasez de funcionarios está siendo corregida por un incremento de la plantilla».

-¿Cuál es la situación de la prisión?
-La situación penitenciaria está mejorando. No obstante, quedan por resolver problemas como es el hecho de que los presos no tienen qué hacer, están en los patios sin trabajo, sin posibilidad de ganar un salario y ninguna empresa pontevedresa o de otro punto de la provincia les lleva trabajo. Cuando existía la cárcel de A Parda, año 1971 o 1972, había la empresa que empleaba a toda la cárcel, teniendo en cuenta que había entonces sesenta presos.

-Sí, pero ahora son más de 1.500 reclusos...
-Los tiempos han cambiado, pero tampoco se puede olvidar la masificación. Nuestro contacto, el de los 34 abogados que todos los jueves del año se turnan para ir allí gratuitamente, nos permite observar que los reclusos, cuando no encuentran un apoyo, una referencia, vienen a nosotros con un problema patológico de convivencia.

-Entonces, los cursos de formación no son una salida para la población del penal.
-Son cursillos, pero si luego no tienen donde continuar y donde obtener recursos, solo se quedan en actividades meritorias para el expediente.

-¿Está diciendo que, una vez cumplida la condena, el pasado es un lastre?
-Sí, pesa más el pasado que la formación. En esta ciudad, como en las demás, hay una serie de presos que nos hemos regenerado y que somos un exponente de que, de una prisión, puede salir una persona decente. Con antecedentes penales, pero decente.

-¿Qué es lo que falla?
-Creo que debería haber unos criterios de selección. De tal modo que la Administración ponga los medios suficientes para todos aquellos que la sociedad puede apostar por su rehabilitación. ¿Hasta qué punto compensa gastar dinero en una persona que no va a trabajar?

-Pero, ¿no se trata de rehabilitar a todos?
-Me tocas la bestia negra del sistema penitenciario español. No tengo conocimiento de los indices de reincidencia. Sé que se habla de números altísimos, que superan el 50% o más. Algunos presos dicen que de los veinte que no vuelven, diez son delincuentes ocasionales, cinco se mueren y otros tantos se arrepienten.

-¿Vislumbra alguna posible solución?
-Hay que ir poco a poco. Pediría encarecidamente a todos los pontevedreses que van a misa y son cristianos buenos que le echasen un cable a don Isaac, el párroco de A Lama. Tiene dos pisos para acoger a presos sin recursos gratuitamente. Sé que hay pisos desocupados y si hubiese que pagar los gastos no habría problema. De este modo se podría ayudar a este hombre en su cruzada.

-Por lo que cuenta, la sociedad pontevedresa parece querer olvidar a sus presos.
-Pues sí. Pero no sólo la sociedad, la prisión es la gran olvidada de los presupuestos de las Administraciones. Sólo hay que pensar que no hay autobuses que vayan a la cárcel y estamos hablando de una población de 1.500 personas, más que muchos pueblos de Galicia.

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