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Los presos de Villabona podrán declarar ante el juez desde la cárcel por videoconferencia

Prisiones instala un sistema de conexión vía internet con los juzgados l También podrá usarse para comunicaciones personales de los presos.

Fuente: Ine.es La Nueva España

sistema.jpgLos reclusos de la cárcel asturiana de Villabona podrán declarar ante el juez desde la propia prisión, sin tener que desplazarse. La Dirección General de Instituciones Penitenciarias ha instalado en el centro penitenciario un sistema de videoconferencia, que comenzará a funcionar en los próximos días, para comunicar con juzgados y tribunales, e incluso con centros sanitarios públicos o privados. También podrá utilizarse para contactos personales del interno cuando, por razones de fuerza mayor, éstos no puedan celebrarse en persona.

La tecnología no afectará sólo a los presos asturianos. También está prevista para el personal del centro penitenciario. Otro sistema, casi idéntico al anterior, ha sido instalado en una de las salas de la zona administrativa de la cárcel, que permitirá a la dirección comunicar con autoridades, principalmente con Madrid, cuando sea necesario.

El sistema está únicamente pendiente de los últimos detalles técnicos -relativos a la línea telefónica- para empezar a funcionar con plena normalidad. Cuestión de días, según el director del centro, José Carlos Díez de la Varga, que destaca, satisfecho, el «gran avance» que este proyecto supone para el mejor funcionamiento de la prisión.
Una doble puerta da paso a la sala del centro penitenciario de la región donde se ha instalado el sistema. Está insonorizada. Cuenta con sillas de plástico fijas (para evitar que el interno pueda cogerlas y causar desperfectos) alrededor de la pared y una mesa. Tiene capacidad para un máximo de diez internos, según las propias directrices de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias. En una de las paredes está una gran pantalla de televisión, la videocámara y el sistema de sonido, a la espera de que por motivos de seguridad se proceda a su blindaje. «Había uno preparado, pero finalmente hubo que retirarlo porque la televisión enviada desde Madrid es mayor que la proyectada inicialmente», explica De la Varga. En frente, a unos pocos metros, está la silla donde se sentará el interno que vaya a comunicarse.
Si se trata de comunicaciones oficiales, en la sala, junto al interno, habrá agentes policiales custodiándolo, como sucede cuando la diligencia se desarrolla en sedes judiciales. Otra cosa serán las comunicaciones personales del interno. Esto sucederá, por ejemplo, con los reclusos de otras comunidades autónomas cuyos familiares no puedan desplazarse a Asturias (en fechas señaladas, como por ejemplo, las Navidades) y no haya posibilidad de contacto físico. Éste es un caso frecuente en internos naturales de las islas Canarias o de Baleares y recluidos en otros puntos del país, según explica un portavoz de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, que asegura que son habituales los casos de presos «que pasan largas temporadas sin ver a sus familiares por falta de medios económicos para desplazarse hasta la cárcel». Y eso es precisamente lo que se quiere evitar.

En estas situaciones, el preso estará solo en la habitación, aunque -por motivos de seguridad- estará permanentemente vigilado por los funcionarios de la cárcel a través de dos cámaras colocadas en el techo, cuya imagen se proyecta en dos monitores instalados en otra sala. Para garantizar la intimidad del recluso no habrá sonido, únicamente si el interno tiene las comunicaciones intervenidas por orden judicial.
La instalación del sistema es consecuencia de un acuerdo suscrito el 17 de mayo de 2006 entre los ministerios de Justicia e Interior. La medida, que la Dirección General de Instituciones Penitenciarias ha puesto en marcha ya en algunos centros de reclusión y que con el tiempo se irá extendiendo al resto de cárceles españoles, evitará salidas innecesarias, o al menos evitables, de la prisión.
Entre ellas se encuentran diligencias de menor entidad, muy frecuentes, para las que se necesita la declaración del interno y para las que actualmente se organiza un completo organigrama de desplazamientos y custodias por parte de agentes de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía para evitar posibles fugas o altercados. Su utilidad se evidenciará sobre todo cuando las diligencias, o incluso las declaraciones en juicios, se celebren en otras comunidades autónomas, ya que se evitarán los desplazamientos por carretera, con todo el ahorro económico y humano que conlleva. 

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