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Tres años de cárcel para el preso que apalizó a dos funcionarios en Tenerife II

Instituciones Penitenciarias investiga por qué el recluso no estaba aislado tras una pelea anterior.

Fuente: Sin Determinar

Tres años de cárcel y 60.000 euros de indemnización por mandar al hospital a dos funcionarios del centro penitenciario Tenerife II tras propinarles una brutal paliza. A la espera de que se haga pública la sentencia, ésta es la decisión adoptada por la Sala de lo Penal de la Audiencia provincial de Santa Cruz de Tenerife tras el juicio llevado a cabo el pasado 31 de mayo tras dos aplazamientos anteriores. Dos de los años de reclusión son por el delito de lesiones y el tercero por atentado, según confirmaron a este periódico fuentes jurídicas.

Cerrada esta parte del proceso, ahora falta conocer el resultado de la investigación que, según los trabajadores, inició la dirección general de Instituciones Penitenciarias en la prisión tinerfeña para saber los motivos por los que el preso en cuestión no se encontraba en régimen de aislamiento, como reglamentariamente le correspondía de sanción tras haber participado en una pelea acaecida tres semanas antes.


Cabezazo

Los hechos ocurrieron a las cinco de la tarde del domingo 23 de julio de 2006 cuando el preso, cuyos apellidos responden a las iniciales F.R., le dio un fuerte cabezazo en la boca a uno de los funcionarios que estaban cerrando las celdas en el módulo número cinco. Debido a la contundencia del testarazo, que destrozó el labio del vigilante, éste se golpeó en la parte trasera de la cabeza contra unos barrotes, con lo que comenzó a sangrar también en esa zona y estuvo a punto de perder el conocimiento. Después de eso, el interno la emprendió con el otro funcionario, al que dio varias patadas y puñetazos. Al final, entre los dos y a duras penas, consiguieron reducirlo.


Sin castigo

Los trabajadores consultados entonces revelaron que ese preso debía estar el domingo en una celda de aislamiento, pues había sido sancionado tres semanas antes por protagonizar una pelea en el módulo seis. Sin embargo, la dirección del centro penitenciario pasó por alto ese castigo y el domingo envió al interno al módulo cinco -que no está diseñado para el aislamiento- sin tener en cuenta su peligrosidad. Este traslado fue motivado por una nueva pelea protagonizada por el recluso justo el día antes de que atacara brutalmente a los dos funcionarios.

Y, por si fuera poco, los trabajadores agredidos no fueron avisados de que se había incumplido la orden de apartar al preso, cuando se incorporaron al turno de tarde. Las mismas fuentes aseguraron que durante la paliza, el preso, que estaba muy alterado, gritó varias veces que quería "matar" a los vigilantes.


Aplazamientos

Durante el juicio celebrado el pasado día 31 de mayo, la Sala decidió separar el tema del aislamiento para centrar el proceso en la agresión sufrida por los funcionarios. Se da la circunstancia de que ya habían tenido lugar dos aplazamientos por idéntico motivo, ya que en las dos ocasiones la dirección del centro penitenciario no cumplimentó el envío de información relevante para el caso y que había solicitado el magistrado.

Durante la vista oral, el acusado reconoció los hechos. Se da la circunstancia de que esta nueva condena evita que salga a la calle, ya que en enero de este año cumplía su pena anterior de cuatro años por narcotráfico.

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