Fuente: ABC

Un interno del Centro Penitenciario de Cáceres ha agredido hoy a una funcionaria durante su traslado de un módulo a otro por razones de seguridad, lo que ha provocado que la trabajadora haya necesitado la atención de los servicios médicos por una herida en la coronilla, han denunciado hoy los sindicatos de prisiones.

Según éstos, la funcionaria ha recibido siete puntos de sutura por esta agresión, que se suma a otra de este mismo recluso, el pasado día 3 de junio, a los dos funcionarios que lo redujeron por un incidente contra otros presos y trabajadores.

En sendas notas de prensa Acaip-USO, CCOO y UGT y de CSIF se critican la malas condiciones laborales de los trabajadores de este centro por la falta de medios humanos y materiales.

Los hechos comenzaron, explican las centrales sindicales, cuando el recluso, con numerosos antecedentes de agresiones, empezó a "golpear" el auricular del teléfono de llamadas autorizadas para internos y a "vociferar insultos y amenazas", por lo que ha sido reprendido por el funcionario, haciendo "caso omiso y continuando en un estado agresivo".

Según relatan, en su traslado a otro módulo ha intentado agredir a los trabajadores "con manotazos y patadas" y ha dado "un fuerte empujón" a la funcionaria, que ha sido "lanzada" hacia una puerta de hierro y ha sufrido una herida inciso-contusa en el cuero cabelludo.

"Durante todo el altercado el interno amenazó de muerte e insultó a los funcionarios de servicio, llegando a escupir a uno de los trabajadores, que gracias a su rápida intervención se pudo evitar una tragedia mayor", han apuntado Acaip-USO, CCOO y UGT.

Según CSIF, que ya ha pedido la dimisión del director del centro, la prisión cacereña tiene una plantilla "envejecida" ya que seis de cada diez efectivos se encuentra a punto de jubilarse y las oficinas están cubiertas al 75 por ciento con personal en segunda actividad salidos de vigilancia interior, sin reposición en esta área.

Además, los sindicatos han denunciado "el alarmante aumento" de internos con perfil de peligrosidad "poco adecuado" para el tratamiento en este centro penitenciario.

A su juicio, si se hubiera buscado una solución a la "precaria situación" en materia de personal, "quizás podría haberse evitado esta agresión".

En este sentido, CSIF ha afirmado que las actividades diarias se realizan gracias a que los funcionarios colaboran "más allá de sus obligaciones" y "exponiéndose diariamente" a ser expedientados por la imposibilidad de cumplir el reglamento y las órdenes de una Dirección "ajeno totalmente" a la situación.