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El colapso de las cárceles: las prisiones gallegas exceden un 45% su capacidad

Un estudio revela que la población penitenciaria en Galicia ha crecido un 68% en cinco años, y los presos extranjeros se han multiplicado por once.

Fuente: La Opinión (A Coruña digital)

TeixeiroEn los últimos cinco años, el número de presos del penal de A Lama, en Pontevedra, se ha duplicado. También en el de Teixeiro, en A Coruña, hay ahora el doble de reclusos que en 2000. Y en la media de los cinco centros penitenciarios de Galicia, el número de internos ha crecido un 67,92 por ciento. El traslado de presos de toda España agrava la situación. La población reclusa extranjera se ha multiplicado por 10 en el último lustro. Y la directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, asegura que no se abrirán nuevas cárceles en la Comunidad. Sólo los penales en construcción en Andalucía, Madrid y el Levante podrían aliviar la situación en Galicia.

Un informe de la Asociación de Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip) revela que la población reclusa se ha incrementado en 1.717 presos en el periodo 2000-2005. Los dos grandes penales de la Comunidad, A Lama y Teixeiro, han más que duplicado su ocupación. El pontevedrés pasó de 725 internos en 2000 a 1.484 en 2005, con una subida del 105 por ciento. El coruñés pasó de 664 reclusos a 1.417, un 114% más.

La "tasa de hacinamiento", que mide el número de reclusos por las plazas oficiales de las cárceles, se sitúa en Galicia en el 146 por ciento, lo que supone que hay 1.327 presos más que el número de plazas disponibles.

Tasa de hacinamiento

El hacinamiento es mayor en Pereiro de Aguiar (Ourense), que alberga a 472 internos, cuando su capacidad nominal es de 274. Le sigue Bonxe, en Lugo, con 424 reclusos para 284 plazas. Pero los dos grandes penales tienen muchos más presos de los que debe-rían albergar. El exceso en A Lama es de 476 internos, mientras que en Teixeiro es de 409.

En total, hay en Galicia 4.245 reclusos, cuando la capacidad de las cárceles de la Comunidad es de sólo 2.918.

La situación se traduce en conflictos. ACAIP afirma que se suceden las "situaciones violentas" en las cárceles gallegas, al ocupar varios reclusos celdas diseñadas para ser individuales y ser imposible un control correcto de los presos. También fracasan las políticas de reinserción.

José Manuel Alves, portavoz sindical de CCOO en la cárcel de A Lama, lo explica con nitidez: "Casi todos los presos tienen que compartir celda. Salvo aquellos que deben estar aislados, hay dos internos por celda. Con esta masificación, tampoco están correctamente clasificados, dependiendo de los delitos, edades, si son preventivos o penados, o si son primarios o reincidentes. Esto es imposible con dos internos en celdas diseñadas para uno solo".

"Hay muchos más conflictos", añade Alves, "los incidentes crecen cada año por el hacinamiento. Y, también, porque se ha trasladado a A Lama un gran contingente de internos de otras cárceles, muchos de ellos extranjeros. Hoy hay 300 presos islamistas aquí, lo que supone uno de cada cinco reclusos. Esta gente no tiene arraigo familiar y no recibe visitas, con lo que también carece de recursos para subsistir. Y se generan problemas, como robos y amenazas".

En efecto, a la sobrecarga de reclusos en las prisiones gallegas se suma el hecho de la llegada masiva de extranjeros, que a menudo generan problemas de convivencia con otros internos, sea por su desarraigo, por su cultura o por su ideología, como los terroristas islámicos que se niegan a integrarse en absoluto.

La llegada de presos foráneos es la principal razón del espectacular incremento de internos vivido en los últimos cinco años. La presencia de extranjeros se ha multiplicado por 11 desde 2000, año en el que apenas había 291 no españoles en las cinco cárceles gallegas. Hoy, hay 3.494.

Los penales con mayor número de foráneos son A Lama, donde hay una importante colonia de islamistas, con 570; y Teixeiro, con 530.

Más foráneos

Acaip compara los datos de extranjeros en prisiones de la Comunidad con los existentes a nivel estatal y el resultado es que Galicia está un cinco por ciento por encima de la media estatal, que se sitúa en el 29,01 por ciento.

Actualmente, uno de cada tres presos en Galicia es extranjero, la mayoría de ellos -un 98,06 por ciento- varones.

En el penal de Monterroso, el 61 por ciento de los internos son extranjeros, mientras que la media gallega se sitúa en un 35 por ciento.

El año 2003 fue el que marcó un punto de inflexión en esta llegada masiva de extranjeros. Fue entonces cuando la población interna de foráneos se triplicó, pasando de 1.169 a 3.637.

La explicación es un cambio en la política de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, que decidió aliviar las cárceles con mayor número de extranjeros, situadas sobre todo en Madrid, el Levante, Andalucía y Canarias, trasladándolos a los penales del Norte, entre ellos a los gallegos.

Marroquíes, argelinos, colombianos y portugueses son, por este orden, las principales nacionalidades que se reúnen en las prisiones de Galicia.

Desde 2000, la población reclusa se incrementa en España en una media de 4.000 internos por año. Para paliar el problema, en julio de 2003 el Gobierno -al tiempo que iniciaba traslados masivos- anunció la construcción de cuatro nuevos centros en Puerto de Santa María (Cádiz), Morón de la Frontera (Sevilla), Albocásser (Castellón) y Estremera (Madrid). Ninguno de ellos está en Galicia, pero su apertura permitiría limitar los traslados y aliviar al conjunto de cárceles.

Sin embargo, de los cuatro centros previstos, sólo el de Cádiz está en obras, mientras se retrasan los otros tres. Sólo abriendo cuatro cárceles nuevas al año en España se lograría asumir el incremento anual de reclusos, evitando que se agrave la masificación.

Sin embargo, la directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, ya ha advertido que no habrá nuevos centros en la Comunidad.

Sin "cartel de completo"

"Tenemos una presión reclusa más alta de la que debería ser ideal por la capacidad que tienen nuestros centros", manifestó Gallizo en una visita a Pereiro de Aguiar el pasado octubre, "pero es obvio que no podemos poner el cartel de completo y que cuando un juez decide que alguien tiene que estar privado de libertad, nuestro deber es acogerlo".

Sin embargo, no hay planes para construir cárceles en Galicia, salvo el centro de reinserción que se construye en lo que fue la prisión de Vigo, en la avenida de Madrid, una institución que estará destinada a aquellos que ya cumplieron su condena y esperan reincorporarse a la sociedad.

Los funcionarios no opinan igual que la directora general. Y creen que en Galicia son necesarias nuevas prisiones y, también, más personal. El portavoz de A Lama, José Manuel Alves, afirma que en el centro están los mismos funcionarios que cuando se abrió, pese a que se pasó de 300 a casi 1.500 internos.

"A veces, hay un solo funcionario atendiendo un módulo con 108 presos y, cuando tiene que trasladar a alguno, debe dejarlos a todos solos", explica Alves, "con esta situación, es imposible que no haya conflictos".

Cifras y declaraciones que narran un auténtico colapso penitenciario.

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