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De Juana Chaos en ambulancia al Hospital Donostia de San Sebastián el 1 de marzo pasado, una vez que Instituciones Penitenciarias concediera al recluso el régimen de prisión atenuada. Esta decisión, confirmada por el Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria, llevó al interno ese mismo día a abandonar la huelga de hambre de 115 días que mantenía desde el 7 de noviembre de 2004, y que era continuación de otro ayuno de 61 días que inició el 7 de agosto del mismo año.

Fuente: Diario de León

De Juana Chaos en ambulancia al Hospital Donostia de San Sebastián el 1 de marzo pasado, una vez que Instituciones Penitenciarias concediera al recluso el régimen de prisión atenuada. Esta decisión, confirmada por el Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria, llevó al interno ese mismo día a abandonar la huelga de hambre de 115 días que mantenía desde el 7 de noviembre de 2004, y que era continuación de otro ayuno de 61 días que inició el 7 de agosto del mismo año.

La medida penitenciaria extraordinaria permitirá que acabe de cumplir su condena en el domicilio siempre que aceptase estar controlado por determinadas medidas de seguridad como son la implantación de una pulsara telemática o el control a través de llamadas al teléfono de su casa.

El ex jefe del comando Madrid de los ochenta ha permanecido en el hospital donostiarra durante tres meses para poder recuperarse de su grave estado de salud por las dos huelgas de hambre. De Juana no pudo marcharse a su casa el 1 de marzo pasado porque pesaba 54 kilos, unos 33 menos que en agosto, tenía anemia, bajos niveles de potasio, desnutrición severa, digestión deficiente y debilidad muscular. Un cuadro clínico muy grave, que amenazaba con cronificar sus dolencias o provocarle un fallo cardiaco.

Llegó al hospital donostiarra procedente del Doce de Octubre de Madrid, donde llevaba ingresado otros tres meses, desde el 25 noviembre de 2006, por orden de la Audiencia Nacional. Allí fue alimentado de manera forzosa en tres ocasiones, por un período de unas tres semanas en cada ocasión, para evitar su muerte.

De Juana, que en agosto del 2005 cumplió su condena por 25 asesinatos terroristas, inició un año después su primera huelga de hambre para protestar por el nuevo juicio al que iban a someterle por un delito de amenazas terroristas, derivado de dos artículos publicados en Gara en 2004.

El recluso, convencido por su familia, abandonó la primera huelga de hambre el 7 de octubre, unos días antes del juicio.

El 7 de noviembre, el mismo día en que la Audiencia Nacional le condenó a 12 años de cárcel por estos hechos, comenzó su segundo ayudo y advirtió que lo llevaría hasta sus últimas consecuencias.

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