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El Salto del Negro huele a 'fallas'

LAS DEFICIENCIAS DE LA PRISIÓN SE EVIDENCIAN CON EL LANZAMIENTO DE DROGA DESDE LA CARRETERA.

Fuente: Canariasahora.com

 Cien gramos de hachís, papel para fumar, unas cuantas pastillas, un móvil y un cargador. Este es el contenido de un paquete estándar que, desde la carretera, se cuela a diario por encima de los muros que rodean la prisión provincial de Salto del Negro. Una práctica que evidencia sólo algunas de las múltiples carencias y deficiencias de la cárcel de Gran Canaria.

El lanzamiento desde la vía -curiosamente la prolongación de la calle Guantánamo- de estos kits de supervivencia no es algo nuevo. Si bien es cierto que en los últimos meses se ha incrementado "muchísimo" la frecuencia de fallas -como así se denominan estos paquetes en la jerga carcelaria-, fuentes internas del centro penitenciario explican que esta práctica se viene desarrollando desde hace unos dos años.

La existencia clandestina de móviles dentro de la cárcel y los mensajes camuflados a través de la página 655 del Teletexto de la Televisión Canaria facilitan la comunicación de los reclusos con el exterior y, por ende, el tráfico de estupefacientes y otros utensilios prohibidos en la prisión. Mándame dos del Real Madrid -dos pastillas- y una almendra -un trozo de hachís-, es un ejemplo de un mensaje encriptado entre dos reclusos.

Además, y aunque resulta bastante sencillo introducir una falla desde la calle, hacerlo se ha convertido en un mérito para el que lo consigue, "te da puntos en el grupo de colegas", comentan las fuentes. Paquetes que, sobre todo, aterrizan en los patios del Módulo 6 -penados reincidentes- y Módulo 9 -preventivos reincidentes- durante la noche, de madrugada o incluso en la hora de la siesta.

Algunas de las fallas son localizadas -y por supuesto requisadas- por los funcionarios, pero no todas. Y es que, la necesidad agudiza el ingenio, y los envíos llegan al interior dentro de bolsas de basura o supermercado, cajas o "latas de Coca Cola que se adquieren a través de una página web y que tienen un doble fondo donde se puede meter lo que te dé la gana". Latas que, según ha podido comprobar este periódico, tienen un compartimento secreto con capacidad para unos 15 gramos y cuestan 12,50 euros cada una.

Deficiencias evidentes

Pero más allá de demostrar cómo los internos se buscan la vida dentro de la cárcel, la entrada de fallas constata la necesidad de mayor seguridad y vigilancia en Salto del Negro, una de los principales demandas de los funcionarios de la prisión.

Desde que comenzaron a incautarse este tipo de paquetes, los representantes de los trabajadores han estado reclamando a la Dirección del centro elevar la altura de los muros como mínimo hasta los nueve metros -actualmente no superan los seis metros-, así como de la valla que linda con la carretera. "En la Península, los internos pueden jugar al frontón, pero aquí hasta jugando al fútbol se te puede ir la pelota a la carretera si chutas con fuerza", explica una de las fuentes.

La reclamación de los trabajadores ha sido estimada sólo en parte por la Dirección General de Instituciones Penitenciarias -Ministerio del Interior-, que ha autorizado aumentar los metros de las paredes.

Sin embargo, que los muros crezcan no solucionaría demasiado esta situación si se tiene en cuenta que parte de la valla ha sido forzada para permitir acercarse aún más al perímetro de cemento. Un acceso que, además, queda totalmente alejado del campo visión de las torres de vigilancia.

Por si fuera poco, fuentes internas del penal explican que, de las seis garitas existentes, dos nunca están ocupadas y "raramente" las otras cuatro lo están a la vez.

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