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Tres cárceles gaditanas, entre las que más agresiones sufren de toda España

Fuente: La Voz de Cadiz

Representantes de funcionarios de prisiones denuncian la peligrosidad del módulo de aislamiento de Puerto III y «todo el recinto de Puerto I»

El cine tiene el gran vicio de esconder lo vulgar y prosaica que es a veces la realidad. Cuando alguien piensa en la agresión a un funcionario de prisiones se le viene a la cabeza la magistral interpretación de Luis Tosar en ‘Celda 211’ y cómo acogota a los trabajadores de la prisión con fiereza mientras el resto de compañeros le jalean. Sin embargo, en el día a día de este colectivo de trabajadores las agresiones se producen, por lo general, sin tanta espectacularidad, en el transcurso de su quehacer cotidiano. Los funcionarios están cansados de esta situación, «que se puede evitar en muchos casos» y han dado a conocer cuáles son las prisiones más peligrosas de España. Entre ellas se encuentran tres de las cuatro gaditanas.

 

Fuente: La Voz de Cadiz

Representantes de funcionarios de prisiones denuncian la peligrosidad del módulo de aislamiento de Puerto III y «todo el recinto de Puerto I»

El cine tiene el gran vicio de esconder lo vulgar y prosaica que es a veces la realidad. Cuando alguien piensa en la agresión a un funcionario de prisiones se le viene a la cabeza la magistral interpretación de Luis Tosar en ‘Celda 211’ y cómo acogota a los trabajadores de la prisión con fiereza mientras el resto de compañeros le jalean. Sin embargo, en el día a día de este colectivo de trabajadores las agresiones se producen, por lo general, sin tanta espectacularidad, en el transcurso de su quehacer cotidiano. Los funcionarios están cansados de esta situación, «que se puede evitar en muchos casos» y han dado a conocer cuáles son las prisiones más peligrosas de España. Entre ellas se encuentran tres de las cuatro gaditanas.

El entrecomillado anterior corresponde a Juan Carlos Sánchez, el delegado en Cádiz de Acaip (Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias). Para Sánchez la situación en las cárceles gaditanas sigue la tónica general que se vive en España: «Los funcionarios cada vez son menos y las plantillas están más envejecidas; así es difícil controlar a los reclusos». La solución a esta situación pasaría por «aumentar las plantillas» y «renovar» un material que, en la mayor parte de los casos «está anticuado».

Según el último informe del Ministerio del Interior, correspondiente al ejercicio 2016, la provincia de Cádiz cuenta con una población reclusa de3.567 personas, de las que 2.232 estarían en los penales de El Puerto y 1.335 en Algeciras. Dentro de las portuenses, la mayor cárcel es la de Puerto II, que tiene 1.328 presos, seguida de Puerto II y Puerto I, con 667 y 237 reclusos cada una. La gran mayoría de presos están en la situación de cumplimento de pena y son varones.

Dentro de este informe de Interior,también se señala que 3.219 personas se encontraban sujetas al Servicio de Gestión de Penas y Medidas Alternativas a la Prisión (1.215 en Algeciras y 2.004 en el centro de Jerez-Cádiz).

Un total de 189 agresiones

En su informe, Acaip señala las cárceles españolas que entre 2011 y 2016 han superado el medio centenar de agresiones. Se lleva la palma Estremera, en Madrid, con 124 agresiones en estos años (la prisión contaba con 1.136 internos el pasado año). En este ránking de las cárceles con más agresiones figuran todas las gaditanas a excepción de Puerto II. Así, Botafuegos registró 54 agresiones, Puerto III 67 y Puerto I, 68.

Curiosamente, es la cárcel con menos reclusos: 237, por lo que el índice proporcional es mayor. «Tiene su lógica, a esta cárcel se envía a los reclusos más peligrosos», incide Sánchez. «Más que una cuestión de números, es de violencia de los presos lo que determina la estadística», detalla, para añadir «sin embargo, allí cada vez hay más internos y menos funcionarios».

El coordinador en Cádiz de esta agrupación explica dos de las causas que hacen de la provincia una de las que encabeza ala lista de agresiones. Por una parte es, tras Madrid, la que tiene más población reclusa (la Comunidad contaba en 2016 con 7.887 reclusos frente a los 3.567 de Cádiz) y, por otra «porque la provincia se ha convertido en una cárcel de cárceles, nos llegan muchos presos que, por su alta conflictividad, han sido trasladados de penal». Como ejemplo, Sánchez detalla que los presos naturales de la provincia suelen ser los menos problemáticos, «generalmente son condenados por narcotráfico con penas cortas que no quieren problemas».

Situaciones de riesgo

Sánchez concreta que el lugar más peligroso para los trabajadores de las prisiones es, en la actualidad, el módulo de aislamiento de Puerto III, «que está desbordado con más de 60 reclusos». A éste habría que añadir, «toda la prisión de Puerto I por el perfil del interno».

Respecto a las situaciones comprometidas para el funcionario, el coordinador indica que el gran problema es que «la mayor parte de las veces no te las ves venir». Así, un funcionario puede ser agredido «cuando trata de separar a dos presos que se pelean, cuando abre la puerta de una celda o por un arrebato de rabia de un recluso con problemas mentales». Éste es, a juicio de Sánchez, uno de los grandes problemas que arrastran las prisiones tanto de Cádiz como del resto de España: «Hay una gran cantidad de población reclusa que tiene problemas psiquiátricos y cuya estancia en las prisiones supone una amenaza para ellos, para el resto de internos y para los trabajadores».

Sin embargo, reconoce que en algunos casos también se agrede a algún funcionario de forma premeditada, «en especial a los que son más hábiles encontrando droga o armas a los reclusos». Es por eso que reclama que los funcionarios de prisiones tengan categoría de agente de la autoridad «para que no salga tan barato agredir al funcionario y se evite el efecto contagio a otros reclusos».

Ansiedad y adaptación

El proceso por el que pasa un funcionario de prisiones agredido es tremendamente duro. En especial, «si no le ha tocado porque pasaba por ahí, sino porque han ido a por él». Para saber cómo actuar se ha establecido un protocolo en caso de agresión que contempla que el funcionario tenga apoyo psicológico tras ser agredido. Además, se le ofrece un periodo de adaptación dentro de las funciones de la cárcel hasta que se encuentre con fuerzas para retomar la actividad.

«También se trata de trasladar al preso agresor para evitar que pueda volver a darse esa situación», relata Sánchez, que ironiza con que en ocasiones «el protocolo de actuación es más efectivo si lo imprimes y lo empleas para parar el golpe, porque no disponemos de sistemas de defensa en la actividad cotidiana». Detalla que, en caso de agresión, la actitud normal del resto de presos es «apartarse y no intervenir en ningún sentido».

De cara al futuro de la situación en los penales gaditanos, Sánchez no es optimista: «Las plazas que se han convocado son bastantes menos de las necesarias, y el material de defensa siempre llega con retraso».

Protestas de los funcionarios de El Puerto y Algeciras

La denuncia de la inseguridad que sufren los funcionarios de prisiones se ha realizado a nivel nacional por parte del sindicato mayoritario de este colectivo, ACAIP. También lo son las movilizaciones que se han preparado hasta final de año. Sin embargo, las protestas de los funcionarios de prisiones gaditanos ya vienen de largo y, a lo largo de este año, trabajadores de las cárceles de El Puerto y Algeciras han hecho visible su malestar.

Así, el pasado mes de abril funcionarios de la prisión de Botafuegos se manifestaron contra la dirección del centro porque, en su opinión «pone en entredicho continuamente la profesionalidad de la plantilla». Según lamentaban, «no sólo no recibimos el apoyo de nuestros gestores, sino que trabajamos con inseguridad porque parece que actuar en contra de la plantilla es la máxima». En su protesta, exigían «mas seguridad» y que el equipo directivo «recapacite y pase a estar del lado de los trabajadores».

También protestaron recientemente, a finales de mayo, los funcionarios de las tres prisiones de El Puerto. En este caso, según aseguraban, la protesta no estaba convocada por los sindicatos. Estos trabajadores solicitaron a la Subdelegación de Gobierno que se extremen las medidas de seguridad en las tres prisiones de la ciudad para evitar agresiones. Entre las peticiones estaba la renovación de los chalecos de prevención o la preferencia de los funcionarios a la hora de elegir destino frente a los interinos.

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