Un interno de la penitenciaría de Monterroso atacó a varios funcionarios del centro con un trozo de radiocasete y un cristal porque pensaba que se trataba de un sueño. Así lo expuso ayer en el juicio el imputado, A. G. M., un joven que cumple condena por un delito de violación y también por un robo con violencia, ambos hechos cometidos el 27 de junio del año 2000 en la provincia de Pontevedra, cuya Audiencia fue la que impuso las condenas.
El imputado, que dijo padecer una dolencia mental, explicó que el trozo de cristal que llegó a tener en la mano era para él como un machete. Se despertó del sueño cuando cayó al suelo. También manifestó que escribía esos sueños que tenía y que utiliza el subconsciente por la noche.
El incidente carcelario sucedió el 25 de agosto de 2009. Sobre las seis de la tarde, según el fiscal, el joven comenzó a gritar ya golpear la puerta y las paredes. Cuando llegó el jefe de servicio, estaba subido en una repisa de la ventana con el cristal en la mano derecha y un trozo de radiocasete en la izquierda. En actitud agresiva profirió insultos contra los funcionarios.
Según el fiscal, los intentos del funcionario para tranquilizarlo resultaron vanos hasta el punto de que le tiró el trozo del aparato de música. La situación motivó que tuvieran que acudir tres funcionarios más. En ese momento el interno supuestamente cogió un palo de escoba afilado y amenazó al personal. La acusación pública sostuvo en el juicio que A. G. J. destrozó completamente cristales, el radiocasete y diverso material. Cuando todos los funcionarios trataron de inmovilizarlo, les lanzó andanadas con el cristal y el palo de la escoba. Uno de los funcionarios resultó lesionado.
El acusado dijo que todo empezó porque le mandaron bajar volumen al radiocasete, algo que no hicieron con personas que estaban otras celdas y que también escuchaban la música muy alta. «Me redujeron y me pegaron a mí. Cuando me desperté estaba inconsciente. Siete u ocho funcionarios se abalanzaron sobre mí. Incluso me dieron con un rastrillo que me dejó tres agujeros en un brazo. Después me esposaron de pies y manos», indicó el imputado.
Ninguno de los funcionarios que declaró tenía constancia de que el interno tuviese alguna enfermedad mental y que recibiese algún tipo de tratamiento. Lo calificaron de muy conflictivo por cuestiones de deudas.
También fue responsabilidad de echar agua con jabón en el suelo de la celda para que resbalasen los funcionarios.
El fiscal calificó los hechos como atentado, por el que pide cuatro años y dos faltas de lesiones y daños, por las que solicita para el joven acusado un total de 17 días de localización permanente.
Los funcionarios dijeron que echó agua con jabón en el suelo para hacerles resbalar
«Me redujeron y me pegaron a mí con un rastrillo», declaró el acusado
